Enfermedad de Alzheimer: Definición, síntomas, diagnóstico y tratamiento.
El doctor Víctor Antonio Blanco Palmero, Neurólogo Especialista en Enfermedad de Alzheimer y otros trastornos cognitivos de la Unidad de Neurología del Hospital Ruber Internacional, nos explica los síntomas, diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad neurodegenerativa.
La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que cursa con un deterioro progresivo de las habilidades cognitivas (memoria, lenguaje, razonamiento, conducta…). Cuando el deterioro es de suficiente intensidad como para interferir en la vida cotidiana de un paciente, decimos que padece una "demencia".La enfermedad de Alzheimer es la causa más frecuente de demencia (60-80% de los casos), aunque otras enfermedades también pueden conducir a ella (demencia con cuerpos de Lewy, demencia vascular, demencia frontotemporal…).
Los cambios que se producen en el cerebro de una persona con la enfermedad de Alzheimer consisten en la acumulación de, fundamentalmente, dos proteínas: la proteína beta-amiloide y la proteína tau. Esta acumulación conduce a la destrucción de las conexiones entre las neuronas y, finalmente, a la pérdida neuronal (neurodegeneración).
Las causas que conducen al desarrollo de la enfermedad son comprendidas solo parcialmente. Probablemente son múltiples y variadas, resultado de una combinación de factores genéticos (entre los que destaca el gen APOE) y de factores modificables (hipertensión, diabetes, obesidad, sedentarismo, consumo de alcohol y de tabaco, aislamiento social…).
Cuáles son los síntomas más frecuentes?
La mayor parte de los enfermos con enfermedad de Alzheimer desarrollan sus síntomas a partir de los 65 años, aunque también pueden aparecer antes.
La forma más frecuente de presentación es con la aparición de pérdida de memoria, sobre todo para acontecimientos recientes. Existe dificultad para recordar información nueva y el paciente repite las mismas preguntas continuamente, olvida citas, eventos y conversaciones, confunde hechos que han sucedido hace unos días o semanas… Con el tiempo, la intensidad de los síntomas aumenta, y puede aparecer también dificultad para orientarse en sitios conocidos, para razonar o para llevar a cabo tareas que antes realizaba por sí mismo (manejar dinero o finanzas, seguir una receta, tomar la medicación…).
En algunas ocasiones, la enfermedad de Alzheimer puede presentarse con problemas del lenguaje (dificultad para encontrar palabras comunes, bloqueos en el discurso), con problemas visuoespaciales (dificultad para reconocer objetos, para conducir u orientarse) o con problemas de conducta (apatía, irritabilidad, desinhibición social…).
A medida que progresa la enfermedad, todas las funciones cognitivas se acaban afectando y el enfermo requiere cada vez más asistencia, incluso para actividades básicas.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer se basa fundamentalmente en la evaluación clínica. Es muy importante una historia clínica detallada en la que se recojan qué síntomas han aparecido y en qué orden, qué medicamentos está tomando y cuáles son los antecedentes personales y familiares del paciente. Tras ello, es de gran relevancia una exploración cognitiva o un estudio neuropsicológico que ponga de manifiesto qué funciones cognitivas están afectadas, con qué grado de intensidad y cómo su deterioro influye en el día a día del enfermo.
Además, se dispone de pruebas complementarias que pueden ayudar a aumentar la confianza en el diagnóstico y a descartar otras patologías. Entre ellas, las más utilizadas son las técnicas de neuroimagen (resonancia magnética (RM) y tomografía computarizada (TC)), técnicas de medicina nuclear (tomografía por emisión de positrones (PET)) y biomarcadores en líquido cefalorraquídeo. Estas últimas permiten detectar la acumulación anormal de las proteínas beta-amiloide y tau.
¿Cuál es el tratamiento?
Actualmente no se dispone de ningún fármaco que sea capaz de curar o frenar definitivamente la progresión de la enfermedad. No obstante, existen medicamentos que pueden ralentizar transitoriamente el avance de los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente y de sus familiares. Los inhibidores de la acetilcolinesterasa (donepezilo, rivastigmina, galantamina) y la memantina son los más utilizados.
A finales de 2022 se comunicaron los resultados de un ensayo clínico con el fármaco lecanemab, que podría ser útil para enlentecer la progresión de los enfermos de Alzheimer en fase leve. Su aprobación definitiva está siendo actualmente evaluada por la Agencia Europea del Medicamento.
Son importantes también las medidas no farmacológicas. El control de los factores de riesgo vascular, programas de ejercicio físico, terapias de rehabilitación y estimulación cognitiva tienen un papel importante para preservar la capacidad funcional del paciente.
Este enlace se abrirá en una ventana nueva