Epilepsia
La epilepsia es un trastorno cerebral, en el que la actividad eléctrica de las neuronas se altera, que causa predisposición a tener crisis epilépticas. Aunque se puede dar a cualquier edad, su aparición es más frecuente en niños y en ancianos.
Causas
- Neurotransmisores: Un nivel de neurotransmisores excitatorios superior al normal o inferior de neurotransmisores inhibitorios, puede provocar una hiperactividad neuronal provocando así crisis epilépticas.
- Herencia: Son muchos los genes implicados en la actividad neuronal. Algunos se relacionan con tipos de epilepsia específicos.
- Alteraciones en el desarrollo del cerebro: Durante el embarazo pueden ocurrir diferentes tipos de problemas que pueden afectar al desarrollo normal del cerebro. del niño (en este caso de su cerebro), como podría ser una falta durante el parto, que la madre sufra alguna enfermedad infecciosa.
- Enfermedades como causa de epilepsia secundaria: Infecciones del sistema nervioso central, tumores cerebrales, enfermedades cerbrovasculares (infartos o hemorragias) y enfermedades degenerativas, entre otras.
- Traumatismos craneales
Síntomas
Las crisis epilépticas no son iguales en todas las personas y sus síntomas dependen de la zona del cerebro que está afectada. Hay crisis generalizadas, que afectan a todo el cerebro, y causan pérdida de conocimiento o alteración de la conciencia. Otras son parciales o focales afectando a una parte específica del cerebro con manifestaciones que dependen de la zona afectada.
En una crisis se suelen presentar varios de los siguientes síntomas, que suelen ser de inicio súbito y estereotipados:
- Pérdida de conciencia
- Movimientos no controlados de extremidades
- Rigidez muscular
- Desviación de la mirada
- Cambios emocionales y cognitivos
Diagnóstico
Para diagnosticar la epilepsia y elegir el tratamiento correcto es necesario hacer un estudio neurológico en el que deben tenerse en cuenta:
- Historial médico del paciente: Incluyendo las características de las crisis y sus síntomas iniciales. Cómo sensaciones iniciales, si hay pérdida o no de conciencia, movimientos corporales, contenido verbal, duración y otras características.
- Electroencefalograma (EEG): En el que se registra la actividad eléctrica del cerebro. Nos ayudará a detectar las áreas del cerebro que tienen una actividad eléctrica anormal y a clasificar el tipo de epilepsia. Es de mayor utilidad un vídeo-EEG prolongado, de 12 a 24 horas de duración, que uno de únicamente 20 o 30 minutos, que puede ser normal en alto porcentaje de personas con epilepsia.
- Tomografía Axial Computarizada (TAC): Se obtienen una serie de imágenes de la cabeza mediante rayos X que son tratadas en el ordenador para conseguir una visión en tres dimensiones. Esta prueba es de baja utilidad en personas con epilepsia, ya que tiene una baja resolución.
- Resonancia Magnética (RM): Mediante esta tecnología basada en campos magnéticos y ondas de radiofrecuencia, se obtienen las imágenes también en tres dimensiones, que a diferencia del TAC permite una mejor visualización. Es la mejor prueba de imagen para buscar lesiones causantes de epilepsia. Es recomendable realizar estudios específicos con protocolo de epilepsia, en RM de alta resolución y corte fino, y guiada por el tipo de crisis epilépticas del paciente.
- Analísis de laboratorio: Los análisis de sangre pueden ser necesarios para demostrar o excluir algunas causas de epilepsia o monitorizar efectos adversos de los fármacos antiepilépticos. A veces es necesario un análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) extraído mediante una punción lumbar.
- Otras: Dependiendo de las características clínicas, antecedentes personales y antecedentes familiares y del resultado de los estudios complementarios señalados anteriormente puede ser necesario realizar otras pruebas (ej. estudios cardiacos, estudios genéticos, estudios metabólicos).
Tratamiento
El tratamiento de la epilepsia precisa en primer lugar por evitar en la medida de lo posible todos aquellos factores desencadenantes de las crisis, los cuales son individuales en cada tipo de epilepsia (ej. falta de sueño, alcohol).
- Medicamentos: Existe una gran variedad de fármacos antiepilépticos que estarán indicados dependiendo del tipo de epilepsia y de paciente. La edad, la interacción con otras enfermedades y los medicamentos utilizados para estas, son factores a tener en cuenta para utilizar uno y otro antiepiléptico. Una proporción de pacientes requieren de tratamientos dirigidos a la causa, como en el caso de la inmunoterapia en epilepsias autoinmunes. Actualmente, además, existen múltiples ensayos clínicos dirigidos específicamente a algunas epilepsias genéticas.
- Dieta cetogénica: Para sustituir en gran medida los hidratos de carbono por lípidos. Será necesaria la supervisión de un nutricionista. Solo se utiliza en epilepsias refractarias a los medicamentos.
- Cirugía de epilepsia: En ocasiones se podrá recurrir a la cirugía para extirpar el área del cerebro que produce las crisis epilépticas. Actualmente existen técnicas mínimamente invasivas, como la termoablación o termocoagulación mediante electrodos profundos o la radiocirugía gamma-knife.
- Estimulación del nervio vago: Se trata de implantar en la pared torácica, junto al nervio vago, un generador que enviará de forma regular una serie de impulsos al cerebro, con lo que se consiguen reducir la crisis.