Síndrome Urogenital de la Menopausia
La sequedad vaginal, aunque es más frecuente en la menopausia, es un problema que puede afectar a la mujer en cualquier etapa de su vida (por el uso de anticonceptivos, lactancia, postparto, peri y postmenopausia), de hecho, más de la mitad de las mujeres que padecen este trastorno tienen menos de 50 años; en ellas, puede aparecer asociada irritaciones secundarias a uso de jabones y geles de ducha, detergentes y suavizantes para lavar la ropa interior, lociones y perfumes.
Determinados medicamentos u hormonas empleados en el tratamiento de endometriosis, miomas uterinos o infertilidad así como otros utilizados para el tratamiento del cáncer de mama y de radioterapia en la zona pélvica o quimioterapia pueden ocasionar sequedad vaginal, falta de elasticidad de la vulva y vagina y molestias-dolor con las relaciones sexuales (Dispareunia).
Las razones para que sea más frecuente en la postmenopausia, están derivadas de la falta de estrógenos, ya que las causas básicas para que aparezca este síndrome son dos: Alteraciones en la constitución y funcionamiento de la mucosa vaginal y alteraciones en la microbiota vaginal. (microorganismos que normalmente viven en la vagina).
Funciones de los estrógenos a nivel de vagina:
1. Lubricación: Por su estímulo, la mucosa vaginal produce un líquido lubricante transparente el cual evita la deshidratación y resequedad de las mucosas; adicionalmente durante las relaciones sexuales, su incremento hace que estas sean más cómodas por la disminución del roce y microtraumas.
2. Regeneración: La vagina está cubierta por un epitelio que se regenera por el estímulo de los estrógenos y al reducirse sus niveles durante la menopausia, se disminuye este proceso de proliferación haciendo que el epitelio urovaginal se adelgace y como las terminaciones nerviosas se encuentran cerca de la superficie, aumenta la sensibilidad y esto puede causar dolor.
3. Alteración en microorganismos normales (Microbiota vaginal): Los estrógenos influyen en el pH del epitelio vaginal el cual contribuye a mantener la microbiota vaginal en equilibrio, y al bajar los estrógenos, las bacterias buenas disminuyen y esto favorece las infecciones.
Inicialmente se pensaba que el único problema en la postmenopausia era la sequedad vaginal y por eso anteriormente solo se hablaba de atrofia genital. Hoy sabemos que esto, es solamente uno de los síntomas ya que se trata de un síndrome aún más complejo, por eso actualmente hablamos del síndrome urogenital de la menopausia (aunque también se da fuera de la menopausia en las situaciones anteriormente expuestas).
El rango de síntomas puede ir desde algunas pequeñas molestias, hasta impedir en forma importante el desempeño personal, social y laboral de una mujer.
Dentro de los más frecuentes tenemos:
- Sensación de quemazón, irritación o picores en la zona genital que pueden generan gran disconfort y molestia.
- Ardor al orinar.
- Flujo vaginal anormal (por aspecto u olor).
- Aparición de pequeñas fisuras sobre todo en la parte inferior de la vulva (horquilla vulvar) o en las paredes de la vagina.
- Dolor durante las relaciones sexuales por la escasa lubricación y falta de elasticidad que dificulta la penetración, haciendo que estas sean poco o nada placenteras o incluso dolorosas.
- Sangrado leve, manchados o excoriaciones después de la relación sexual.
- Realizar un examen ginecológico puede ser incómodo o doloroso.
- La vulva puede sensibilizarse tanto que puede resultar difícil sentarse, caminar o correr mucho o aún practicar algunos deportes.
- La atrofia vaginal la hace más propensa a contraer infecciones vaginales por bacterias u hongos (por desequilibrio o ausencia de la flora natural de la vagina).
- En forma crónica se pueden causar úlceras, fisuras o adherencias en las paredes de la vagina.
- Afectación importante de la relación con su pareja sobre todo si no se tiene una comunicación adecuada debido a las alteraciones que produce en la esfera sexual.
Para el tratamiento existen varias alternativas dependiendo de la severidad y frecuencia de los síntomas. Algunos de ellos pueden utilizarse en forma escalada.
- Lubricantes
Se utilizan cuando se requiera de una lubricación extra durante las relaciones sexuales para minimizar la fricción, la irritación, la sequedad y el dolor. Los más recomendables son los que tienen una base de agua o silicona, puesto que son más fáciles de eliminar después mediante el lavado. Debe ser aplicado las veces que sea necesario dentro y alrededor de la vagina.
Deben evitarse los lubricantes que contengan esencias o perfumes, ya que pueden ser irritantes, así como las vaselinas, porque pueden adherirse a la mucosa vaginal y alterarla, favoreciendo el desarrollo de hongos. - Cremas hidratantes
Se aplican en la vagina varias veces por semana. Se fijan al epitelio vaginal reteniendo el agua de la vagina, manteniendo su hidratación y elasticidad. Adicionalmente disminuyen los niveles de pH en la vagina con lo cual al haber mayor acidez, hay un mejor control del crecimiento bacterial. Pueden encontrarse también sustancias con efecto regenerador del epitelio y antipruriginosos para suavizar el picor. - Terapia hormonal local
Se utilizan para tratar los síntomas de atrofia vaginal cuando son moderados o severos. Se administran dosis bajas de estrógenos locales, aplicados directamente en la zona en forma de óvulos o comprimidos vaginales, cremas y anillos vaginales de silicona. Con su uso se consigue normalizar el pH ácido, aumentar el riego sanguíneo del epitelio y mejorar la respuesta lubrificadora de la vagina, disminuyendo la sequedad vaginal. - Terapia Oral No Hormonal
Utiliza un medicamento llamado Ospemifeno, el cual es un tratamiento por vía oral que no contiene hormonas pero replica los efectos del estrógeno en ciertas partes del cuerpo tales como la vulva y la vagina. Está indicado en mujeres en la post-menopausia en las que no es adecuado el tratamiento local con estrógenos. - Terapia Hormonal Sustitutiva
Utiliza hormonoterapia con estrógenos combinado con progesterona en forma de un parche o pulverizaciones cutáneas o una píldora que se toma por vía oral. Deben tenerse en cuenta los riesgos y beneficios de su utilización. - Terapia con Láser
Es una técnica ambulatoria, mínimamente invasiva, que utiliza el calor para estimular la producción de colágeno de las células de la zona vaginal y sustituir las capas más secas de la piel por células nuevas, reorganizando y reequilibrando los diferentes componentes de la mucosa vaginal. - Inyección de Acido Hialurónico
Es un tratamiento mínimamente invasivo que consiste en inyectar vía intradérmica/intramucosa vaginal, un preparado a base de ácido hialurónico reticulado y manitol para bioestimular, mejorar la elasticidad, rehidratar y retonificar la zona íntima femenina.