SARS-CoV-2: “Los estudios de inmunidad celular y humoral nos permiten tomar decisiones personalizadas sobre la necesidad de refuerzo de la vacunación en pacientes de riesgo”
La doctora Silvia Sánchez-Ramón presentó un avance de sus resultados más recientes sobre el Estudio de la memoria específica frente al SARS-COV2 en diferentes grupos de pacientes.
Doctora Silvia Sánchez-Ramón durante la Sesión Estudio de la memoria específica frente al SARS-CoV-2
La memoria inmunológica y la especificidad son unas de las principales características del sistema inmunitario, que se adquieren tras la infección natural o tras la vacunación. Gracias a esta capacidad de "recuerdo", nuestras defensas son capaces de identificar y enfrentar de manera más eficiente un segundo ataque o contacto con elementos extraños (virus, bacterias, células tumorales, etc.). Estas propiedades son la base del desarrollo de las vacunas y de algunas terapias modernas para combatir el cáncer.
Durante la Sesión del Hospital Ruber Internacional del miércoles 23 de noviembre, la doctora Silvia Sánchez-Ramón, jefa de la Unidad de Inmunología de nuestro hospital, presentó un avance de los resultados más recientes de sus investigaciones sobre la memoria específica frente al SARS-COV2 realizados en diferentes grupos de pacientes.
"Hemos observado que en la mayoría de los casos se inducen unas respuestas celulares muy adecuadas y unas respuestas humorales prácticamente en el 100% de los casos, ésta última salvo en aquellos pacientes con inmunodeficiencia primaria" comenta la especialista en inmunología.
Sus estudios evaluaron la inmunidad celular y humoral específica frente al SARS-CoV-2 tras la vacunación y tras la infección natural (enfermedad COVID19), en pacientes sanos y en grupos de pacientes con algunas enfermedades o condición que los hace vulnerables a sufrir una enfermedad grave, como es el caso de los pacientes con inmunodeficiencias primarias o secundarias, pacientes oncológicos y pacientes con espondiloartropatias tratados con terapias biológicas.
Pruebas para medir la inmunidad celular y humoral frente al SARS-CoV-2
Para medir la inmunidad celular y humoral específica frente al SARS-CoV-2 se efectúan pruebas estandarizadas sencillas que solo requieren la extracción de una muestra de sangre de los pacientes.
Para la evaluación de la inmunidad celular, la muestra de sangre total heparinizada del paciente se cultiva en el laboratorio en presencia de la proteína S1 del virus durante 24 horas. En esas condiciones, los linfocitos T CD8 (un tipo de glóbulo blanco responsable de la respuesta celular específica) presentes en la muestra de sangre que reconozcan (memoria) la proteína S1 del virus, responderán produciendo y liberando interferón-gamma, una molécula que participa en la respuesta inmunológica celular fisiológica. Luego se cuantifican los niveles de interferón gamma y aquellos pacientes con valores superiores a 200 mIU/mL se consideran con una memoria T adecuada.
La memoria humoral se evaluó mediante la determinación de los niveles sanguíneos del anticuerpo IgG dirigido contra la proteína S1 (IgG anti-S1). Niveles superiores a 50 mIU/ML se consideran normales.
"Los resultados de estas pruebas nos permiten conocer la memoria específica frente al SARS-CoV-2 y, eventualmente, valorar si algún paciente concreto requiere o no alguna dosis de refuerzo y tomar decisiones personalizadas al respecto y no solo guiados por la epidemiología del momento".
Principales resultados de la investigación
"Encontramos que tras dos dosis de la vacuna se consigue una respuesta celular en el 90% de los pacientes con Inmunodeficiencia primaria, 70 % de los pacientes con inmunodeficiencia secundaria a cáncer hematológico y hasta en un 96% en los pacientes sanos", informa la doctora Sánchez-Ramón.
Sin embargo, resulta interesante ver la gran variabilidad que existe entre los resultados de la población sana tras dos dosis de la vacuna y, más aún, que haya personas sanas (4%) que "con dos dosis no generaron una respuesta inmunológica adecuada frente a la vacuna". La inmunidad híbrida, aquella debida a haber padecido la enfermedad y, además, haber recibido una dosis de la vacuna, resultó ser la inmunidad menos variable y más potente del grupo de los pacientes sanos.
En el caso de la respuesta humoral, "el 100% de pacientes sanos y de los pacientes con inmunodeficiencia secundaria desarrollaron una respuesta adecuada luego de dos dosis de la vacuna". En el caso de los pacientes con inmunodeficiencia primaria, solo el 67% desarrolló respuesta humoral.
El objetivo fundamental de las investigaciones de la doctora Sánchez-Ramón es generar evidencias que permitan tomar decisiones dentro de una medicina personalizada para un paciente concreto, en el marco de una pandemia que ha evolucionado y de la que, ahora sí, se van teniendo evidencias científicas.