Cirugía de Mohs: “el mapeo microscópico del tumor nos permite eliminar todo el cáncer de piel y reducir el daño a los tejidos sanos”
El Dr. Pedro Rodríguez, dermatólogo especialista en oncología de la Clínica Dermatológica Internacional, resalta las ventajas de este procedimiento quirúrgico altamente especializado para tratar el cáncer de piel.
La cirugía de Mohs es una técnica quirúrgica de alta precisión que se emplea para tratar el cáncer de piel
. Su realización involucra hacer un mapa de cada capa delgada de piel extraída por el dermatólogo en el quirófano, y su evaluación al microscopio por parte del patólogo quien, atendiendo a los resultados de la presencia de cáncer y sus coordenadas, orientará al dermatólogo a continuar la cirugía solo en la zona de la piel donde aún hay restos de cáncer.
Como explica el Dr. Pedro Rodríguez, dermatólogo especialista en oncología de Clínica Dermatológica Internacional y del Servicio de Dermarología del Hospital Ruber Internacional, la cirugía de Mohs tiene ventajas sobre la cirugía convencional o estándar del cáncer de piel: "En la cirugía convencional el dermatólogo elimina el cáncer visible y un margen del tejido sano que lo rodea, y envía la biopsia al laboratorio de anatomía patológica para que sea evaluada. En algunos días, el laboratorio emitirá un informe donde confirmará (o no) que los bordes del tejido extirpado están libres de cáncer. En la cirugía micrográfica de Mohs hacemos la evaluación microscópica del tejido durante la propia cirugía, por lo que al cerrar la herida ya sabemos que hemos extirpado todo el cáncer. El paciente se va a casa con la certeza de que todo el tumor ha sido extirpado".
Comparada con las técnicas tradicionales, la cirugía de Mohs proporciona un índice de curación más elevado. "Al evaluar el 100% de los bordes del tumor al microscopio, conseguimos mejores resultados oncológicos, ya que elimina todo el tumor. Estudios comparativos publicados estiman una tasa de recurrencia tres veces más baja con cirugía de mohs que con la cirugía convencional." Recurrencia es el término que define la reaparición de un cáncer después de haber sido tratado.
Ahorro de tejido sano
Gracias a la orientación del patólogo, las etapas sucesivas de extirpación de tejido se realizan solo en la zona identificada con presencia de tumor residual, esto permite reducir al mínimo el daño a los tejidos sanos que lo rodean. "En la cirugía de Mohs realizamos un corte biselado, casi paralelo a la piel y con un margen muy ajustado, lo que nos permite sacrificar menos piel sana".
Si los resultados de la evaluación indican la presencia de cáncer en alguno de sus bordes, "se hará un nuevo corte, pero solo en la zona donde queda tumor residual, con lo que logramos mejores resultados estéticos, ya que respeta la piel sana y así conseguimos que la cicatriz sea más pequeña", expresó el Dr. Rodríguez durante su intervención en el simposio "Avances científicos en cáncer de piel en el siglo XXI: Retos, controversias y oportunidades", celebrado en la Fundación Ramón Areces.
Un equipo multidisciplinario
Esta técnica requiere contar con un equipo de dermatólogos entrenados específicamente en la técnica de Mohs, ellos son los responsables de eliminar el tejido canceroso y reconstruir mediante una cirugía reparadora facial la herida; y un médico patólogo que diagnostica las biopsias al microscopio y guía al dermatólogo en el proceso. "En nuestro centro contamos con un área quirúrgica específica para cirugía de Mohs y una unidad de anatomía patológica propia lo que nos permite un trabajo coordinado y conseguir los mejores resultados oncológicos y estéticos".
Con una experiencia de más de 1000 intervenciones y una tasa de curación superior al 98%, el equipo médico de CDI es pionero en la realización de cirugía de Mohs en Madrid, realizando el primer caso en 1995.
Cómo se realiza la cirugía de Mohs
La cirugía se realiza con anestesia local (con o sin sedación) y es ambulatoria. La intervención puede durar varias horas y, por lo general, el análisis de las muestras de tejido en el laboratorio es la fase que lleva más tiempo.
Una vez que la anestesia surte efecto, el dermatólogo extirpar la parte visible del cáncer y una capa fina de tejido subyacente al tumor visible. El dermatólogo elabora un mapa de las coordenadas para registrar el lugar exacto de donde se extrajo el tejido. Se coloca una venda temporal sobre la herida y se lleva la biopsia al laboratorio para su evaluación.
En el laboratorio la pieza de tejido es congelada, cortada en secciones y examinada al microscopio. Cada sección está perfectamente registrada, lo que permite saber el lugar exacto de donde se extrajo cada pieza de tejido. Este proceso puede durar entre 30 y 60 minutos aproximadamente.
Si el patólogo encuentra cáncer en alguna de las secciones, la cirugía de Mohs continuará. El dermatólogo extraerá una biopsia adicional de tejido de la zona que le indique el patólogo, procurando dejar la mayor cantidad de tejido sano posible sin tocar. Esta nueva biopsia será analizada como en el caso anterior. El proceso se repite hasta que la última muestra de tejido evaluada por el patólogo no tenga cáncer.
"Después de una serie de pases, el patólogo finalmente nos indica que todo el tumor está extirpado, y entonces cerramos la herida con técnicas que nos permitan dejar la menor cicatriz posible", explica el doctor Rodríguez.
No se puede predecir cuánto va a durar la intervención. "Puede durar varias horas, pero el paciente se va a casa inmediatamente después y sabiendo que todo el tumor está extirpado", agrega.
No es una técnica para todos los tipos de cáncer de piel
La cirugía de Mohs puede realizarse para extirpar una gran variedad de cánceres de piel, sin embargo, se indica principalmente en los de tipo no melanoma y en algunos subtipos de melanoma. Además, debido al tiempo que involucra, la necesidad de contar con un equipo de profesionales y una estructura mínima para su realización, así como sus costos, hacen que se justifique en algunos casos particulares.
"Las sociedades científicas en dermatología sugieren la realización de cirugía de Mohs en aquellos casos donde existen tumores de alto riesgo en zonas de alto riesgo. Como es el caso de los tumores que presentan un alto riesgo de recurrencia o que han vuelto a aparecer después de un tratamiento previo; tumores que se encuentren alrededor de los ojos, las orejas, la nariz, la boca, las manos, los pies y los genitales; y en aquellos tumores con bordes difíciles de definir o que son grandes o agresivos", señala Rodríguez.
Los casos de Epitelioma o Carcinoma Basocelular, que suelen aparecer en zonas expuestas al sol, como la cara, y que se manifiestan en forma de una úlcera que no cicatriza o de una verruga que sangra ocasionalmente, pueden ser un carcinoma y el mejor tratamiento puede ser mediante cirugía de Mohs.
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