Tecnología hiperespectral aplicada en el cuidado de heridas complejas
La tecnología hiperespectral permite obtener datos que no se pueden observar a simple vista, proporcionando información clave en tiempo real para la evaluación objetiva del tejido de la herida
Las heridas complejas, como las úlceras diabéticas, venosas o por presión, representan un gran desafío clínico debido a las complicaciones que pueden derivar si no se tratan de manera adecuada. Estas heridas, que muchas veces no cicatrizan correctamente debido a condiciones subyacentes como la diabetes o enfermedades vasculares, requieren un enfoque especializado y una atención constante. En la Unidad de Heridas Complejas del Hospital Ruber Internacional, los avances en la tecnología están transformando este proceso. El uso de imágenes hiperespectrales está mejorando la manera en que se evalúan estas heridas, aportando una visión detallada y precisa del estado del tejido que antes no era posible.
Montserrat Del Peso Vidal, Coordinadora de la Unidad de Heridas Complejas, destaca: "El manejo de estas heridas siempre ha sido complicado, ya que muchas veces dependíamos de observaciones visuales subjetivas. Ahora, con la tecnología hiperespectral, podemos obtener una imagen mucho más precisa del estado del tejido, lo que nos permite adaptar los tratamientos de forma más efectiva y mejorar los resultados para nuestros pacientes."
La tecnología hiperespectral en el diagnóstico de heridas
La tecnología hiperespectral tiene la capacidad de captar imágenes del tejido en diferentes profundidades, emplea luz en un rango de 500 a 1000 nm de longitud de onda, lo que incluye tanto el espectro visible como el infrarrojo cercano. Al analizar la luz reflejada por el tejido, esta tecnología permite obtener datos sobre la composición química y funcional del área afectada, algo crucial para entender el estado real de las heridas.
Esta tecnología permite evaluar parámetros críticos, como la saturación de oxígeno, que mide cuán bien oxigenado está el tejido, la perfusión del tejido, que indica el flujo sanguíneo, y el contenido de agua, esencial para detectar edemas o acumulación de líquidos. Ana Isabel Igualada Jiménez, enfermera de la Unidad de Heridas Complejas, comenta: "Con estas imágenes, podemos tomar decisiones mucho más informadas y adaptadas a cada paciente. Es muy útil poder visualizar en tiempo real si el tejido está bien oxigenado o si hay zonas en riesgo que requieren una intervención inmediata."
Evidencia científica sobre el uso de imágenes hiperespectrales
Según una revisión científica sobre las Imágenes hiperespectrales en el cuidado de heridas publicada en PMC, esta tecnología ha demostrado ser una herramienta prometedora para evaluar y tratar heridas complejas. El estudio resalta que las imágenes hiperespectrales permiten medir de forma cuantitativa la oxigenación del tejido, la perfusión y otros parámetros clave, lo que mejora significativamente el diagnóstico y seguimiento del tratamiento. Además, se ha demostrado su efectividad en diversas patologías, como la enfermedad vascular periférica y el pie diabético.
Esta revisión destaca que la Tecnología de Imágenes Hiperespectrales es un método no invasivo, capaz de generar mediciones precisas y reproducibles que facilitan la toma de decisiones clínicas, especialmente en la evaluación continua del estado de las heridas. Aunque se requieren más estudios clínicos para consolidar su adopción generalizada, los primeros resultados subrayan su utilidad y potencial para integrarse en la atención clínica diaria, así como en enfoques de telemedicina.
¿Cómo funciona la tecnología hiperespectral en la atención de heridas?
El uso de esta tecnología en la Unidad de Heridas Complejas comienza con una preparación meticulosa del paciente y la configuración del equipo. Montserrat Del Peso Vidal describe el proceso: "Colocamos el dispositivo a unos 50 cm de la herida, asegurándonos de que la cámara esté perfectamente alineada. Este ajuste preciso es fundamental para obtener imágenes exactas y datos confiables que guíen el tratamiento."
Una vez que la cámara está en su lugar, el proceso de captura de imágenes hiperespectrales toma solo unos segundos. Durante ese tiempo, el equipo recopila información detallada del tejido en diversas longitudes de onda. Estas imágenes, completamente no invasivas y sin contacto, proporcionan datos cruciales sobre la saturación de oxígeno, la perfusión del tejido y el contenido de agua, todos elementos fundamentales para evaluar la viabilidad del tejido y detectar posibles complicaciones, como áreas con baja oxigenación o acumulación de líquido.
Tras la captura, un software especializado analiza los datos y los convierte en imágenes codificadas por colores. Ana Isabel Igualada añade: "Los resultados son inmediatos, y gracias a los colores, podemos identificar rápidamente si el tejido está en riesgo o si está cicatrizando bien. Es una herramienta fundamental para monitorear de forma precisa la evolución de las heridas."
Además, los datos obtenidos se registran en el historial clínico del paciente, lo que permite un seguimiento exhaustivo y la posibilidad de ajustar el tratamiento de manera dinámica, según cómo responda el tejido. Montserrat Del Peso concluye: "El registro continuo de estos resultados en el historial del paciente nos da una visión clara de cómo evoluciona la herida y nos permite hacer los ajustes necesarios para mejorar el tratamiento."
El uso de la tecnología hiperespectral ha mejorado la obtención de datos relevantes para el manejo de las heridas complejas. Al ofrecer una evaluación más precisa y detallada del estado del tejido, esta tecnología permite a los profesionales de la salud tomar decisiones mejor informadas y ajustar los tratamientos de manera personalizada, optimizando así los resultados.