Baja visión
Es la condición visual que padece una persona y que supone una reducción importante de su capacidad visual.
Se define baja visión a cualquier grado de discapacidad visual que limita significativamente lo que una persona ve, no pudiendo esta limitación ser mejorada ni con gafas, ni lentes de contacto, ni con tratamiento médico o cirugía.
Esta limitación visual provoca que no puede realizar las actividades de su vida cotidiana de forma normal.
Las causas de baja visión son en su mayoría enfermedades oculares: Degeneración macular asociada a la edad, retinopatía diabética, miopía magna, desprendimiento de retina, glaucoma, retinosis pigmentaria… pero también puede estar causada por patologías congénitas, evolutivas, accidentales, lesiones neurológicas, enfermedades infecciosas…
Son muchos los síntomas que de forma unitaria o mixta puede experimentar el paciente: visión borrosa, parcheada, deslumbramiento, ceguera nocturna, visión en túnel, pérdida de contraste, alteración en la visión de los colores…
Según la OMS la función visual se subdivide en 4 niveles: visión normal, discapacidad visual moderada, discapacidad visual grave y ceguera.
La discapacidad visual moderada y grave se reagrupan bajo el término de BAJA VISIÓN.
Diagnosticamos BAJA VISIÓN cuando la agudeza visual está entre 0.3 y 0.1 y/o el campo visual es menor o igual a 30º en el mejor ojo.
El primer paso es ser atendido por un oftalmólogo para conseguir que vuelva a recuperar la mejor visión posible, ya sea con gafas convencionales, lentes de contacto, tratamiento médico o quirúrgico.
A continuación se realiza un examen completo de baja visión. En aquellos casos en los que el paciente presente un resto de visión útil se podrá beneficiar de la adaptación de las ayudas de baja visión, como complemento a los tratamientos médicos y quirúrgicos que hayan recibido.
Previo a la adaptación de las ayudas de baja visión es importante valorar y entrenar algunas capacidades. Esto es la REHABILITACIÓN VISUAL, que consiste en sacar el mayor partido a su visión. La rehabilitación visual nos ayudará a una mejor adaptación del paciente a su entorno y a un mejor aprovechamiento de las ayudas.
Estas ayudas de baja visión deben ser adaptadas por el especialista en baja visión, en función del resto visual disponible y de las tareas visuales que desea realizar.