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Doctor Pedro Rodríguez. Dermatólogo especialista en Oncología, cirugía dermatológica y cirugía micrográfica de Mohs.


El carcinoma basocelular es un tipo común de cáncer de pielEste enlace se abrirá en una ventana nueva que se desarrolla en las células basales de la epidermis, la capa más externa de la piel. Suele presentarse en áreas expuestas al sol, como la cara, el cuello y las manos. El tratamiento del carcinoma basocelular generalmente implica la extirpación quirúrgica del tumor, aunque también pueden emplearse otros métodos como la crioterapia (congelación con nitrógeno líquido), cirugía convencional, terapia fotodinámica, quimioterapia en crema o radioterapia.

Según explica el doctor Pedro RodríguezEste enlace se abrirá en una ventana nueva, dermatólogo especialista en Oncología y Cirugía dermatológica del Hospital Ruber InternacionaEste enlace se abrirá en una ventana nueval y Clínica Dermatológica Internacional,Este enlace se abrirá en una ventana nueva aunque suele tener un crecimiento lento, es importante entender que, si no se trata, el carcinoma basocelular puede infiltrarse en las capas más profundas de la piel y afectar estructuras importantes como los nervios, los músculos e incluso los huesos. "En áreas sensibles de la piel, como la cara, esta infiltración puede tener complicaciones graves que afectan tanto la estética como la función facial, y que además pueden llegar a comprometer la salud general".

La elección del tratamiento para el carcinoma basocelular depende en gran medida del tamaño y la ubicación del tumor. Además, su localización en la cara tiene importantes implicaciones físicas y emocionales para el paciente, debido al posible impacto estético de la extirpación quirúrgica del tumor y cualquier procedimiento reconstructivo posterior.

En este artículo, abordaremos la cirugía de Mohs en el tratamiento del carcinoma basocelular en la piel de la cara, un procedimiento quirúrgico altamente especializado que permite eliminar completamente este tumor mientras conserva el tejido sano circundante gracias al tipo de corte biselado y el uso de un margen estrecho, lo que aumenta la posibilidad de obtener un mejor resultado oncológico y estético.


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Qué es la Cirugía de Mohs

Como explica el doctor Pedro Rodríguez la cirugía de Mohs, también conocida como cirugía micrográfica de Mohs, es una técnica quirúrgica especializada utilizada para tratar el cáncer de piel, especialmente los carcinomas basocelulares y de células escamosas. "La cirugía de Mohs es especialmente efectiva en el tratamiento de tumores cutáneos agresivos en zonas especiales del cuerpo, como la cara, los pies, las manos o los genitales, donde la preservación del tejido sano y la función son de suma importancia ".

Es una técnica que se caracteriza por su enfoque meticuloso y preciso que "permite extirpar totalmente los cánceres cutáneos con la máxima preservación del tejido sano circundante ya que hacemos cortes con un margen estrecho". El término "margen estrecho" se refiere a la cantidad mínima de tejido sano que se elimina alrededor del tumor durante un procedimiento quirúrgico.

En la cirugía convencional o estándar, el dermatólogo elimina el cáncer visible junto con un margen amplio de tejido sano circundante, de aproximadamente unos 5 milímetros que, según explica el especialista, en la región facial pueden dejar un defecto de difícil reconstrucción. Posteriormente, envía la muestra al laboratorio de anatomía patológica para un análisis. Este proceso de análisis puede llevar varios días y, en algunos casos, los resultados muestran que los márgenes del tejido extirpado no están libres de células cancerosas, lo que puede requerir una cirugía adicional para eliminar más tejido y asegurar la completa extirpación del tumor.

En cambio, en la cirugía de Mohs, "todos los márgenes periféricos y profundos del tumor se examinan microscópicamente de manera inmediata y durante la propia cirugía, lo que por un lado nos permite una extirpación más precisa del carcinoma basocelular con mínima pérdida de tejido sano de la piel de la cara y, por otro, el paciente se va a casa con la tranquilidad de que ya no tiene el tumor y que la probabilidad de que reaparezca es muy baja."

Este enfoque "guiado por microscopía" permite "perseguir al carcinoma basocelular más allá de los bordes de la lesión visible para asegurar su extirpación total y conservar la piel sana circundante de aquellos bordes libres de células cancerosas, lo que reduce el tamaño de la cicatriz resultante".



Cómo se realiza la cirugía de Mohs

La cirugía de Mohs comienza en el quirófano con la demarcación del tumor. El especialista explica: "Marcamos la zona a intervenir con precisión, delimitando los bordes clínicos del tumor utilizando diversas técnicas, como la dermatoscopia, o la luz de Wood, y marcamos toda la periferia de la lesión dejando un margen estrecho alrededor del extremo delimitado del tumor. Además, hacemos marcas adicionales de referencia para contar con una orientación anatómica precisa de la ubicación de los distintos bordes". Estos procedimientos son esenciales para garantizar una extirpación completa del tumor, preservar el tejido sano circundante y proporcionar una guía clara durante la intervención quirúrgica.

Posteriormente, se administra anestesia local en la zona del tumor, y el paciente puede recibir o no sedación. Según el especialista, "La cirugía de Mohs es una cirugía ambulante que podemos realizar con anestesia local, aunque normalmente la realizamos con sedación para mayor comodidad del paciente, ya que el proceso puede ser largo y requiere varias idas y venidas entre el quirófano y el laboratorio, lo que hace que el procedimiento sea más cómodo con sedación".

La operación comienza con la eliminación de la parte visible del carcinoma basocelular. Según el especialista, "Lo primero que realizamos es un curetaje o una decorticación, que consiste en eliminar el tumor visible mediante el raspado con una cureta de la parte más friable o blanda de la zona tumoral que se desprende fácilmente, o con un bisturí tomando una muestra muy superficial del carcinoma".

Posteriormente, se realiza la extirpación del tumor con un bisturí utilizando una técnica de corte especial. El especialista explica: "Durante la cirugía de Mohs, empleamos un corte especial biselado con un ángulo de 45 grados. Este tipo de corte facilita la extirpación precisa del tumor, permitiendo márgenes conservadores. Asimismo, asegura una evaluación exhaustiva del tejido extirpado en el laboratorio, ya que la muestra puede ser analizada al 100%, abarcando todos sus ángulos (360 grados), tanto en los márgenes laterales como en los profundos".

Una vez extirpada la pieza durante la cirugía de Mohs, se marca de manera precisa para orientar su análisis posterior en el laboratorio de anatomía patológica. El especialista comenta: "Realizamos un marcaje con pequeños cortes, con una sutura o bien directamente con tinta para delimitar los diferentes bordes del tumor utilizando como referencia un dial horario marcando las 12, 3, 6 y 9 de la zona extirpada".



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Evaluación en el laboratorio de anatomía patológica

Una vez extirpada la pieza, se coloca una venda temporal sobre la herida del paciente y se lleva la muestra al laboratorio de anatomía patológica para su evaluación. Mientras esto sucede, el paciente permanece en el quirófano bajo la supervisión constante del equipo de anestesia, a la espera de los resultados del examen de los márgenes.

En el laboratorio de anatomía patológica, el patólogo recibe la pieza de tejido y lleva a cabo un proceso meticuloso de orientación del mismo para su examen microscópico. Utilizando como referencia las marcas realizadas por el cirujano, el patólogo utiliza tintas de diferentes colores para identificar las distintas secciones de los bordes periféricos, garantizando así una orientación precisa. Estas marcas proporcionan una guía visual clara para el examen microscópico y ayudan al patólogo a identificar con precisión la ubicación de cualquier carcinoma basocelular de piel de la cara residual.

Una vez marcado adecuadamente, el tejido se congela y se corta en el criostato en secciones horizontales muy finas, cada una con un grosor de aproximadamente 5 a 7 μm. Estas secciones delgadas se fijan y se tiñen utilizando técnicas estándar, como la hematoxilina y eosina. Cada sección está perfectamente registrada, lo que permite conocer el lugar exacto de donde se extrajo cada pieza de tejido.

Las secciones son evaluadas meticulosamente por el patólogo y el cirujano en búsqueda de carcinoma basocelular en todos los márgenes periféricos y profundos. Si no se encuentran células de cáncer de piel en ninguno de los bordes, se procede al cierre de la herida. Sin embargo, si se encuentran células de cáncer de piel residual en alguno de los bordes, se identifica ese borde y el cirujano vuelve al quirófano para realizar una nueva extirpación (pase de Mohs) de margen estrecho solo en los bordes específicos donde se identificaron células de carcinoma basocelular, repitiendo el proceso de evaluación. Este proceso se repite hasta comprobar que el paciente está libre del tumor.

Cada etapa de evaluación microscópica puede durar entre 25 y 30 minutos aproximadamente. Después de una minuciosa serie de análisis, el patólogo finalmente confirma la completa extirpación del tumor. Según explica el doctor Rodríguez, "En ese momento, procedemos a cerrar la herida utilizando técnicas que minimizan la apariencia de la cicatriz y que ofrecen los mejores resultados estéticos".

La duración total de la cirugía de Mohs puede tomar varias horas. Una vez completada, el paciente puede regresar a casa de inmediato con la tranquilidad de saber que el tumor ha sido completamente eliminado y que se ha sacrificado la menor cantidad de tejido sano posible, algo muy importante en zonas como la piel de la cara.


Vídeo Cirugía de Mohs en la piel de la cara. Este enlace se abrirá en una ventana nuevaVídeo Cirugía de Mohs en la piel de la caraEste enlace se abrirá en una ventana nueva


Ventajas de la Cirugía de Mohs en el tratamiento del cáncer de piel

El Dr. Pedro Rodríguez destaca las ventajas de la cirugía de Mohs en el tratamiento del carcinoma basocelular y otros cánceres de piel en la cara. En primer lugar, resalta que "la cirugía de Mohs ofrece la menor tasa de recurrencia para los carcinomas cutáneos. Esto significa que hay una menor probabilidad de que el tumor vuelva a aparecer, lo que brinda tranquilidad tanto al paciente como al equipo médico a largo plazo".

Además, el Dr. Rodríguez señala que la cirugía de Mohs permite ahorrar tejido en zonas más sensibles de la cara, como la piel alrededor de los ojos, las orejas, la nariz, la boca y la frente. Otra ventaja importante es que la cirugía de Mohs es especialmente efectiva para tratar tumores localmente invasivos. Incluso en casos de tumores altamente invasivos, como el sarcoma cutáneo, esta técnica ha demostrado tener una tasa de recurrencia más baja en comparación con otros enfoques quirúrgicos.

El especialista también destaca que la cirugía de Mohs es una opción preferente para tumores raros o poco frecuentes, donde otras opciones de tratamiento pueden no ser adecuadas. Menciona que la cirugía de Mohs evita sorpresas durante la intervención quirúrgica. "En algunos casos, el tamaño del defecto quirúrgico puede ser mayor de lo esperado, pero con esta técnica se pueden abordar de manera efectiva sin dejar células cancerosas residuales".

Finalmente, el Dr. Rodríguez destaca que la cirugía de Mohs proporciona un índice de curación más alto que las cirugías convencionales. "Al evaluar el 100% de los bordes del tumor al microscopio, conseguimos mejores resultados oncológicos. Estudios comparativos publicados estiman una tasa de recurrencia o reaparición de un cáncer después de haber sido tratado, tres veces más baja con cirugía de Mohs que con la cirugía convencional."


Diagnóstico de Carcinoma basocelular

El diagnóstico del carcinoma basocelular es crucial para determinar el tratamiento adecuado y la planificación quirúrgica, especialmente cuando se considera la cirugía de Mohs. La detección temprana y precisa es fundamental para garantizar una extirpación completa del tumor y minimizar el daño al tejido circundante.

El proceso de diagnóstico generalmente comienza con una evaluación clínica realizada por un dermatólogo. Durante esta evaluación, el médico examina visualmente la piel en busca de lesiones sospechosas y realiza una historia clínica detallada para evaluar factores de riesgo, como la exposición al sol y antecedentes familiares de cáncer de piel.

Para confirmar el diagnóstico de carcinoma basocelular, se realiza una biopsia de la lesión sospechosa. Durante este procedimiento, se extrae una pequeña muestra de tejido de la lesión y se envía al laboratorio de anatomía patológica para su análisis microscópico. Los resultados de la biopsia proporcionan información crucial sobre el tipo y la extensión del cáncer, lo que ayuda a guiar las decisiones de tratamiento, incluida la determinación de si la cirugía de Mohs es la opción más adecuada.

Como destaca el Dr. Pedro Rodríguez, "la detección precoz del carcinoma basocelular en la cara permite un tratamiento más efectivo y menos invasivo. Es fundamental realizar una evaluación completa de las lesiones sospechosas para determinar el tratamiento más adecuado y mejorar los resultados oncológicos y estéticos".


Prevención y detección precoz del cáncer de piel

El Dr. Pedro Rodríguez enfatiza la importancia de la prevención y la detección precoz en la lucha contra el cáncer de piel. Según él, adoptar medidas preventivas es fundamental para reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Como él mismo afirma: "La prevención y el cuidado de la piel son esenciales para mantenerla sana y protegida".

Entre las medidas preventivas clave, el Dr. Rodríguez destaca el uso regular y adecuado de protector solar como primera línea de defensa contra el daño solar en la piel. Además, recomienda el uso de ropa protectora, evitar la exposición directa al sol durante las horas pico y buscar sombra siempre que sea posible.

El especialista hace hincapié en la importancia de evitar el uso de camas de bronceado, ya que "la exposición a los rayos UV de las camas de bronceado puede aumentar significativamente el riesgo de cáncer de piel". También enfatiza la necesidad de realizar autoexámenes regulares de la piel y programar controles periódicos con un dermatólogo, ya que estar atento a cualquier cambio en la piel y buscar atención médica temprana puede marcar la diferencia en el tratamiento del cáncer de piel.

Siguiendo estas recomendaciones preventivas, se puede reducir considerablemente el riesgo de desarrollar carcinoma basocelular en la piel de la cara y otros cánceres de piel.


En resumen, el carcinoma basocelular es un tipo común de cáncer de piel que afecta a las células basales de la epidermis y suele aparecer en áreas expuestas al sol como la cara, el cuello y las manos. Su tratamiento habitualmente implica la extirpación quirúrgica del tumor, con la cirugía de Mohs siendo una opción altamente especializada que permite una extirpación precisa del cáncer mientras conserva el tejido sano circundante.

La cirugía de Mohs se destaca por su enfoque meticuloso, examinando los márgenes del tumor durante la cirugía para asegurar su extirpación completa. Esto reduce la necesidad de cirugías adicionales y maximiza los resultados estéticos. Además, esta técnica ofrece una menor tasa de recurrencia y es especialmente efectiva para tumores localmente invasivos o en áreas sensibles de la cara.

El diagnóstico precoz del carcinoma basocelular es esencial para un tratamiento efectivo, usualmente comenzando con una evaluación clínica seguida de una biopsia. Adoptar medidas preventivas, como el uso de protector solar y la evitación de camas de bronceado, junto con autoexámenes regulares de la piel, puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer.

Fuente: Contenidos web y Divulgación Científica del Hospital Ruber Internacional
Etiquetas: Cirugía de Mohs | Carcinoma basocelular en piel de la cara | Dr. Pedro Rodríguez